sábado, 21 de febrero de 2009

MANIFIESTO FUNDACIONAL DE LA DESASTROSA

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Dada la extraordinaria capacidad de los españoles para el apólogo y el cuento y los incontables y graves desastres que, a lo largo de los siglos, han avinagrado la vida del país como una de sus vocaciones de negro destino, Los Amigos del Chocolate Nacional reivindican el DESASTRE como obra de arte genuinamente española.

La palabra DESASTRE (dis-astrum), en tanto que desgracia grande, suceso infeliz y lamentable, o lo que es lo mismo, infortium, calamitas, adversus vel infaustus casus, consta ya en manuscritos del siglo XVI, según el profesor Martín Alonso (Enciclopedia del Idioma), y aparece certificada por Nebrija, Cervantes, Ambrosio Morales, Santaella y A. de Molina, entre otros. El DESASTRE es término de origen perfectamente identificado entre nosotros, y aún entre los aborígenes de otras latitudes,










como lo prueba el hecho de que en el seno de las Naciones Unidas funcione, desde hace tiempo, la Oficina del Coordinador para el Socorro de Desastres. Y eso que la ONU, en tanto que desastre internacional organizado e institucionalizado, es bastante menor que el español debido, precisamente, a estas dos últimas circunstancias. Lo propio cabe decir de le désastre francés, el disaster inglés y, sobre todo, el norteamericano; del italiano disastro o el Unheil alemán, más conocido, tenebrosa y mundialmente por Hitler. Sirva como argumento fulminante de agravio comparativo, esta gloriosa tripleta central, auténticamente celtibérica: Renfe, la Compañía Telefónica Nacional de España y el arroz "pegao".


DESASTRE es también derrota, cargo de oficial en la marina y sinónimo de ruina (pérdida de bienes, decadencia y población italiana del distrito de Ferrara, situada en la ribera derecha del Po). La Historia, el Arte, la Literatura y la vida española están impregnadas de desastres incomparables, magníficos, grandiosos e inacabables. En tal medida y calidad que, al menos por una vez, podemos proclamar con legítimo orgullo que lo nuestro es lo mejor; si en lo demás lo ajeno nos sobrepasa es ya lo de menos. El dinero y las razones para las ocasiones.
Y el DESASTRE es Arte, en tanto que habilidad, virtud, eficacia y medio de expresión, reglada y decantada, de las propiedades sensibles, invisibles pero evidentes, del astuto homo hispánicus, aviesamente definido como quijote.

Vindicamos el DESASTRE, al igual que el ilustre Thomas de Quincey ya lo hiciera con la muerte no voluntaria en su conocida obra, "El asesinato considerado como una de las bellas artes", en memoria de cuantos, en lo mediato e inmediato, se sucedieron, suceden y sucederán entre nosotros.
Nos asiste, cuando menos, el mismo derecho inalienable a manifestarnos, pontificar, deliberar y marrar, que a la legión de sesudos, sexados y apocalípticos varones que nos precedieron, como ciudadanos de a pie, con la impedimenta de nuestras deudas bajo el brazo, la calamidad como norte y la perdida fe puesta en ese futuro que nadie ha logrado ver jamás.
Nuestro objetivo no es el de darnos lástima, privilegio que, por ajeno, parece ser de listos, sino el de que sacando fuerzas de donde las hay, que éstas nos ayuden a perseverar en el DESASTRE; a sostenello y no enmendallo, ya que, como es sabido, la constancia es virtud difícil y meritoria que acaba proporcionando sus frutos.




















Ser un desastre, estar sumido en el desastre, vestir desastradamente o apuntar hacia el idem, son situaciones y virtudes inherentes a la ciudadanía española, a la que ornan, juramentan y competen de manera fundamental y decisiva, v.gratia: a la hora de casarse, siendo el matrimonio, incluso el voluntario, como ya lo es desde hace décadas, una institucion a extinguir inapelablemente.

DESASTRE histórico aberrante es, por ejemplo, la embarrada memoria de Ditalcón, Alauco y Minuro, generales de Viriato que, en un acto de valor sin precedentes, asesinaron al guerrillero masoca, que se había dejado dormir sibilinamente para vengarse de sus propios amigos y hombres de confianza, a quienes de veras temía, tras haber dado pruebas harto evidentes de no valer para lo que ellos, en cambio, sobradamente demostraron.

DESASTRE, es ese trepa y esa tropa, que al fin logra acceder a importantes puestos y regalías, haciéndose los tontos y haciéndose los corchos.


DESASTRE, fue lo de Hiroshima y Nagashaki y lo es el tío Ceferino, soldado de cuota y cacique mayor de su pueblo, a quien soplaron cien mil pesetas del ala gracias al timo de la estampita, como se tenía bien merecido solo por llamarse así.

DESASTRE permanente se dio en la impedimenta de San Antonio Machado, en la vida aborrascada y cruda de un Baudelaire genial e irrepetible; sin el desastre atómico nipón, Hitler hubiera ganado la guerra; sin el de Trafalgar, Churruca hubiera muerto anónimamente, aunque, eso sí, con las dos piernas, y hoy no lo conoceríamos como el héroe que dirigió la derrota de la escuadra con el sangrante muñón metido en un saco de harina, donde se fraguó la septicemia. Sin el desastre de la hoguera, Juana de Arco nunca hubiera llegado a santa a tan tierna edad y San Bartolomé, sin el desastre glorioso del martirio, se habría quedado para siempre sin el cuadro de Ribera.





















Por fuerza habrá de convenirse en que EL DESASTRE es una fuerza positiva, en lo social, en lo político, en lo religioso y en lo artístico; una virtud y un privilegio hispano de disfrute tan fácil y complejo como honroso, al que cualquier bien nacido no dejará de prestar apoyo sin grave desdoro para su ilustre progenie.

La lista de los DESASTRES españoles es tan prieta y de tan farragosa enumeración, que únicamente nos cabe iniciarla: para DESASTRE, el de Don Rodrigo y su Cava, particular y previamente expropiada por méritos de guerra; los de Goya, la Invencible y el del 98; el de Annual y el anual desastre que a cada minuto nos asiste; el desarrollismo y las sardinas mediterráneas con moros cabreados en la costa; Matesa, Sofico y Rumasa; UCD y la colza; el aceite de Redondela, ciertas cajas rurales y el metílico de Ourense; Los premios literarios y la nueva desfiguración artística, real y humanísima;


el aborto en vivo y el difunto obrero aquél, cuando levitaba; el derecho de peaje en las modernas autopistas y el nuevo derecho de pernada; el crimen de Los Galindos y el Crimen de la Tinaja; el nunca se ha amado como se traiciona ahora y las nuevas monedas de cien pesetas; los presupuestos del Estado y la bomba de Palomares; los dificultosos leotardos femeninos y la integración de España en la CEE; los asaltos a los bancos Central y de Marbella, los de Perico Fernández y los efectuados al presupuesto del Mundial-82; las fotografías policiales de los presuntos delincuentes y los cronistas de la alta sociedad; el kilo de pan, legal, de 800 gramos y el litro, legal, de gasolina, de 950 c.c.; la Seguridad Social, la inseguridad laboral y el "vuelva usted mañana... a las ocho"; el bien común y el mal social; las buenas costumbres, los malos usos y los abusos remediables; el "arrepentimiento" de Espronceda y la desesperación de Larra; los hijos de Ogino y los ingenuos padres de la criatura; el olor de la pólvora y el olor de la sangre; la ayuda americana, en forma de mala leche en polvo, y las buenas intenciones pacifistas del Pentágono; la ética, hética y la estética del feismo involuntario; la "política" de construir pantanos donde no hay agua y la moral de construir alcohólicos donde no hay seso.

Los amigos del Chocolate hacen pública la formación de la Academia Española del Desastre, constituida en junta gestora y paralela a la inventada por Felipe V, habida cuenta de la inhabilidad demostrada por la llamada "docta institución", para hacer respetar virilmente, por estos o aquellos medios, la gloriosa memoria de tantos ilustres destrozones como nos han precedido y los innumerables atentados de que es objeto el "Miranda Podadera".

La Academia Española del Desastre establecerá su sede social en los sótanos de cualquier alcantarilla, donde se instalarán ocho sillones abatibles - uno por cada una de las letras en que se descompone la palabra DESASTRE-, cada uno de los cuales ha sido ofrecido a los ocho miembros más destacados de la república (pendiente) de las letras españolas.

Los Académicos de número se reunirán, por obligación estatutaria, todos los trece y martes del año, el martes de carnaval, para el entierro de la lengua más asardinada del país, y cada madrugada que les pete.

Cada sesión estará presidida, además de por el Presidente, Vicepresidente y Secretario perpetuo de la Institución, por una botella de vino por barba académica, que cada ídem descorchará puesto en pie, tras confesar por tres veces, en voz plenamente audible, mientras se golpea la frente con el dorso de la mano, penitencialmente:













!Soy un desastre, soy un


desastre, soy un desastre!







Las reuniones y deliberaciones serán publicas y notorias y los demás asistentes tendrán derecho a voz, pero no a veto ni voto, salvo en las elecciones generales y municipales.

El objeto de dichas reuniones es el de debatir a fondo, tanto problemas de glúteos como problemas de candente actualidad, política, social o etílica, pero jamás deportiva. Las cuestiones de pelotas, aquí, son muy otras.
Ninguno de los miembros, ni los miembros de los miembros, podrán ser expuestos a la pública vergüenza, expulsados, desjarretados, reconvenidos o masajeados en el seno de esta Academia, cuyos componentes no se declaran feministas por pudor, aunque están a favor y no sólo contra el llamado sexo débil.
Los señores Académicos de Número y de Honor se presentarán obligatoriamente a las reuniones con chistera, toulard y la medalla acreditativa de la Academia Española del Desastre. Podrán llevar, además, las prendas de vestir que consideren oportunas.
La primera sesión, extraordinaria y solemne de la Academia Española del Desastre, tendrá lugar la noche del fallo del certamen que a continuación se convoca

ANEXO n.° 1


BASES DEL CONCURSO "CUENTOS PARA EL DESASTRE"




Podrán concursar cuantos españoles de origen, residencia o disidencia estén en condiciones de demostrar, caso de resultar distinguidos, no ser gafes ni haber ocasionado voluntariamente el desarrollo de algún espectacular desaguisado y demostrar, en cambio, haberlos padecido con mansedumbre, luego de ejercitar debidamente el tradicional derecho al pataleo y el despellejamiento de los causantes en plazas tabernas, cenáculos y mancebías.

1.- El tema del relato hará referencia obligada a un desastre, posible o real, y terminar milagrosamente bien sin que nadie acierte a explicárselo.


2.- Los originales podrán ser copia, incluso plagio, estarán escritos con las faltas de ortografía que el autor estime oportunamente meritorias, tendrán una extensión máxima de cinco folios y mínima de dos y medio -a dos espacios y por un solo rostro-, en papel cebolla y letra no necesariamente gótica.

3.- Se calificará como mérito especial la rijosidad - no penal, aunque cabe la venal -, el ingenio, la originalidad e imaginación que se demuestre para poner patas arriba lo que haga falta, así como la ironía y brevedad, a fin de que con esta última, el Departamento de Catástrofes obtenga una mayor agilidad, en bien de los muchos desastres que nos aguardan. El Estado somos todos.

4.- Todo concursante por el mero hecho de serlo, hace renuncia expresa a un futuro pleno de felicidad, fidelidad y riqueza e, incluso, a la vida, cuando el guión lo exija; se pronuncia contra la abolición de los impuestos, el aparcamiento libre de mujeres y otros vehículos; contra la mentira y contra la verdad; se declara firme partidario de la mendicidad,



el paro y la locura; de la eutanasia generalizada, indiscriminada y perfumada de los cadáveres y de la autopsia total, delicada y en vivo, como único medio de luchar contra el dolor universal inexistente; se confiesa firme partidario de las plastas, enemigo de las colonias y amante de la guerra interminable, cotidiana y total entre los sexos, los sesos y los otros, hasta que no quede una paz viva ni una avispa muerta; acata la decisión del jurado designado al efecto, aunque, como es su obligación, ésta resulte desastrosa y se compromete a ser un incansable difusor de la Academia Española del Desastre, a sabiendas de que ello resplandece poco, fija menos y no se limpia jamás.

5.- Para el logro de los fines aquí expuestos, adquiere las presentes y desastrosas bases en la cantidad que se señale, fondos que, en el fondo, serán destinados a propiciar concursos futuros y desastres nuevos.
6.- Los originales - y siete copias o fotocopias - deberán ser remitidos por correo a: Travesía de Trujillos, 1 . Madrid, 13 - no se admiten en persona -, haciendo constar en el sobre "Un cuento más para el desastre" .
7.- Excepcionalmente podrá ser premiado cualquier español que, contraviniendo estas normas, se lo tenga merecido, aunque no se haya presentado al concurso.

8.- El fallo - Dios lo permita - será hecho público en la madrugada del día 30, aunque no sea martes, del mes de abril de 1983, y los originales podrán ser recibidos hasta un minuto antes de que aquél se emita. Nunca es tarde si el desastre es bueno.

9.- El premio consistirá en un desastre pintado y otro en pergamino, acreditativo del premio, estampado a dos tintas, una de ellas zumo de limón, sin wodka y la otra invisible, a fin de conseguir en el máximo secreto posible hasta el último minuto y dificultar su lectura a los curiosones. Habrá un tercer desastre sorpresa como definitivo premio desconsolador.

10.- Los participantes se comprometen, de antemano, a estar presentes en el acto de la entrega del premio, lugar que oportunamente se dará a conocer, al igual que el domicilio social - si el desastre les favoreciere - la misma noche del fallo, así como a leer dle rodillas el original ganador, después de pedir, respetuosamente, perdón al jurado y público asistente, ya que, con toda probabilidad, los autores de los mayores desastres no lo han recibido aún.




























De la solidaria seriedad de los concursantes, esperamos que ninguno sea Académico, Alcalde, Ministro, Presidente del Consejo de Administración de cualquier sociedad Anodina, ni desempeñe, o haya desempeñado, el cargo de Preboste Principal de la Dirección General de Prohibiciones e Inhibiciones.

El ganador del certamen, en prueba de confianza y magnanimidad, tendrá derecho a ocupar el sillón "e" (minúscula de la Academia Española del Desastre; con "e" de Congreso de los Depurados, antes del consenso, antes de la revolución suprimida, antes del caballo de Pavía y mañana Palacio de la Carrera del amigo Jerónimo.

Servido en Madrid, en taza grande y calentita de chocolate, con plastas surtidas aunque abundantes, el 27 de febrero de 1983, dos años y cuatro días después del antepenúltimo amago de un desastre grandioso. Firmado:


José María Moreiro

















Javier Serna Avendaño
Laxeiro
Juan Haro
























Roberto Donderis
Antonio Leyva























Kees van Bemmelen





Pablo Castellano





















Xabier Rekalde
Antonio Morales
Javier Villán

Jose Antonio Novais








Rafael Sánchez-Ventura
























Manuel Conde
Héctor Vázquez Azpiri























José Luis Lorente
Cristina Maristany Ibarra
Francisco Alcaraz
Rafael Lorente Martínez-P.
Teodoro Nieto
Ángel Ubeda
Luis Eduardo Aute






















Antonio Domínguez Rey
Ricardo Zamorano
Mercedes Gómez Pablos
Luis Pasamar
José Vicente de Juan
Jerónimo Salinero
Manuel Martinez-Azaña
Falina Cristóbal
Juan Morales Miranda
Alfonso López Gradolí
Carlos de Elia Castro
José María Bosch Bordes
José Luis Cano





























Lorenzo Mena
Carmen Martinez Menéndez
Pedro Beltrán
Angeles Garcia-Tenorio Ortega
Maruja Moutas

























Carmen Debén
Marianne Unold
Waldo Balart
Juan Van Den Eynde
J.R.Alfaro
Anabel Díez
Ezequiel López García
Mariola Bartolomé

José Antonio Martínez Soler
Agustín Ubeda



















Alfonso Martin



















María Palomero
Juan Manuel Igea

















Sergio Arroyo
Alberto Arrojo...

y quinientos cincuenta y siete impresentables mas, cuyos honorables nombres y apodos nos hemos visto obligados a olvidar en bien del género humano,





con esa misma vileza heróica, tan ibérica, con que, en un intento de descastar definitivamente su estirpe, fué arrancada el Acta de Nacimiento de Casares Quiroga del libro del correspondiente Registro Civil donde había sido inscrita.



ANEXO n.° 2



SINECURAS, PREBENDAS Y REGALIAS, QUE EN EL SENO DE LA DESASTROSA INSTITUCIÓN SERÁN, LÍCITAMENTE, OBJETO DE SUBASTA, MALVERSACIÓN Y CONTRABANDO


- Oficial de Derrota, Naufragio y Ahogamiento, por inmersión en caldo de Rioja.
- Analfabeto Mayor, si es que los hubiese menores.
- Administrador Principal de Deudas, Secundarias y otras Miserias.
- Jefe de Protocolo, Sección de Plácemes, Condolencias y Desconsuelos.
























- Cancerbero del Sello y Guardián de las Llaves del Averno y del verano.
- Mayordomo de Angustias y Regodeos Variados
- Jefe del Gabinete de Rumores, Infundios y otras Obscenidades
- Comendador de la Orden de la Guadaña y el Gatillazo. Tendrá bajo su jurisdicción, al soumiller de emplastos, porros y otras dulces calamidades
- Plañidera Oficial permanente, con pífano, castañuelas y vaso de lágrimas
- Presidente de la Fundación Benéfica de Mendigos, Iluminados y Suicidas





- Delegado General para Andalucía de Milagros y otras sandeces con sede en El Palmar de Troya - Trapacero Mayor del País y demás sinceridades.
- Director General de Locos Lúcidos Desatados (L.L.D.). Tendrá directamente a sus órdenes una bandera de fuerzas antidisturbios, adscrita a la Comisaría de Personal Irremediablemente Peligroso
- Fiscal General de Actividades Morigeradas, Cívicas e Intachables. A su cargo estará la fundación de la Escuela Universal de Sodomitas Impúberes (E.U.S.I.), individuos corruptos, y asesinos a sueldo



- Director de la Oficina de Bolsas de Viaje para sádicos y violadores en carretera
- Chef de Rayos y Centellas, al Infierno y al ali-oli, y otras anfetaminas
- Subsecretario para Asuntos Matrimoniales (S.A.M.) y otras felices infidelidades
- División de Atracos, astupros, cínicos de oficio, estafas al por mayor, catástrofes al detall y otros afrodisíacos sociales
- Departamento, encristalado, de cobardes, Lenguas Viperinas, Sanguijuelas, Sinvergüenzas, Brujas, hacedoras del mal de ojo y del "mal de Nápoles" y otros malandrines y encanallados.

ANEXO n.° 3

RECEPCIÓN INAUGURAL Y CENA DE GALA, RECALENTADA


MENÚ (a elegir):

- Sesos de intelectual rebozados.





- Manitas de político, con huevos escalfados



- Ensalada de pobre, con aceite de colza























- Huevos cocidos y escocidos, al verano

- Nalgas de libertino, sádicamente azotadas con espárragos trigueros

- Rollos de primavera a la callandina, con salsa picante

- Escalope de alguacil, con guarnición de ciruela claudia, también silenciosa.

- Consomé de desesperado, con harina de almortas y rebojos salteados

- Filete de deslenguado, muy hecho.

- Rabo de torero al anfiteatro, servido con lupa

- Tortilla morganática, a la feminista

-Badila, en porciones, a la brasa.

























-Teta de novicia, desnatada, con almibar

- Criadillas de notario, en portafolio recamado en oro

- Velas de sacristán, hético y mongólico

- Empanadillas de agujas de Porriño, pimiento morrón y cabello de Leovigildo, finamente
maceradas

- Aceitunas de Jaén rellenas de aceituneros altivos y cautivos


- Canapés de extracto de pasota, con jeringuilla hipodérmica incorporada

- Jugo de decreto-ley expropiatorio, con abundantes huesos de San Expedito

- Rabo de buey, en su jugo natural



POSTRES:

























- Compota de judío, jenízaro y jesuita, con nata

- Sacatrapos imperiales, con azúcar moreno y cartilla de racionamiento

-Yemas de semental







- Caramelos de cicuta, finamente recamados de laxante, envueltos en papel higiénico


LICORES:
























- Zumo de escaño parlamentario, abríleño


- Vino de alcohol metílico, gran reserva, cosecha de 1967


SALÓN DE ENTRETENIMIENTOS:



- Copo a la banca













- De Ruinosa a Rumasa y nacionalizo porque me casa

- El bonito juego del negocio de la caridad

- Surtida batería de pobres vivos, en sustitución de las tradicionales máquinas tragaperras

- Apaleamiento, despedida y cierre de la recepción.



( ...Mañana, el otro )